El YO de mi YO

Llega la noche y te veo, me veo... estás allí reflejada, rostro de mujer que quiere unirse a su reflejo.
Te miro, me miro... veo mas allá de lo que transparenta esa mirada... y me descubro.
Soy la misma y sin embargo te siento tan lejos, en otro mundo, un lugar donde no hay sombras, donde no hay abismos que saltar, ni cimas a las cuales llegar... no como aqui, donde la vida te pone a prueba una y otra vez.
Quisiera poder zambullirme hasta tu espacio y quedarme allí, refugiarme en eso que me muestras, en el sol que me señalas y siempre está brillando y entibiando el alma. Y te hablo... nos hablamos mientras las imágenes se disuelven y descubro que tan solo es un espejo que me devuelve mi propia imágen, mi propio ser que no sabe discernir, o no quiere, entre el todo y la nada, porque a veces la nada se parece al todo y viceversa.


Quién soy? quizás soy la que se ve allí, simplemente una criatura reflejada en el espejo y nada mas, con sentimientos dormidos, con dolores encallecidos en el corazón... con vuelos que quedaron truncos, con sueños que decidieron esfumarse en la vorágine de la vida.
O quizás soy la misma loca soñadora que arremete y sigue adelante a pesar de todo, y que se encuentra a si misma de un modo aletargado... esperando vaya uno a saber qué cosa, o que acontecimieto...

Y sin embargo... sigo siendo yo de lunes a domingo... de enero a diciembre, todos los años... mujer... niña... madre... vida que transcurre los días... y que se detiene a disfrutar del aire que respira, e hincharse los pulmones con unas ganas locas de gritar.

Bueno mi yo... ya me miré en tí... ahora me marcho... igual pero diferente... mujer y vida, a pesar de todo y gracias a todo. Soy de nuevo pequeña y grande... soy quien debe ser... soy YO.